Home

Jueves 10 de Noviembre de 2011

Por fin estamos en Ginebra.

Cuando en el mes de julio reservamos nuestros billetes low cost de Easyjet “Santiago-Ginebra” pensábamos que nunca llegaría el día de pisar tierras suizas. Durante todos estos meses hemos oído mil veces a Papá Picos contarnos sus aventuras en el MontBlanc, hemos practicado nuestro “francés básico” (u e le rue versones silvuple) y hemos revisado mil y una veces la “lista de cosas indispensables para llevar en la maleta”, que básicamente son: los billetes de avión, los pasaportes, la tarjeta de crédito, la cámara de fotos y la “chupetasoloparadormir” de Bruno.  Los tres hemos planeado, imaginado e inventado un montón de aventuras con solo mirar nuestros billetes.

Y hoy, por fin, llegó el día de nuestra partida.

Cogimos el avión en la nueva terminal del aeropuerto de Santiago, una terminal que nos hizo dudar de que vivamos en un país en crisis.  Es amplia, moderna, con 5 plantas de aparcamiento, 22 mostradores de facturación, 13 puertas de embarque…eso si, no tiene consignas. Y la conexión con Coruña es, digamos, escasa.. sólo hay un bus que sale de Coruña a Santiago a las 10:30 de la mañana y el mismo bus que vuelve de Santiago a Coruña a las 11:30. Para el resto de horarios que cada uno se busque la vida.  En fin.

La verdad es que a pesar de la mala prensa que tienen las compañías lowcost siempre hemos tenido suerte con los horarios, con el personal e incluso con los asientos, y en esta ocasión no fue diferente.  Además Easyjet permite que las familias con niños embarquen primero, y eso se agradece.  Lástima que algunos pasajeros no compartan la política de la aerolínea y no duden en arrollar a quien se ponga por delante sólo para poder subirse antes al avión. ¿Todavía no se habrán dado cuenta de que aunque te sientes el primero no vas a despegar antes?

Después de un viaje tranquilo (todo lo tranquilo que puede ser un viaje con un niño de tres años que se hace amiguísimo del alma de otro niño de cuatro que viaja en la misma fila) llegamos a Ginebra. Y nada más pisar suelo suizo, a las diez de la noche, nos dirigimos al mostrador de información para preguntar cómo podíamos llegar a nuestro hotel utilizando el transporte público. No sólo nos informaron, sino que además nos dieron tarjetas para poder utilizar el autobús y el tranvía hasta el hotel.  Eso si que es un recibimiento, con lo que nos gusta a los españoles lo gratis.

Total, que nos fuimos para la parada del bus pensando que íbamos un poco justos de tiempo, porque la recepción de nuestro hotel cerraba a las once, pero con una confianza ciega en la puntualidad suiza. Cogimos el bus hasta donde nos habían indicado e intentamos hacer transbordo con el tranvía, pero nos equivocamos de calle. Fue un pequeño error, del que nos dimos cuenta en seguida y que no nos retrasó más de cinco minutos, pero ya empezábamos a estar demasiado justos de tiempo. Llegamos en tranvía hasta donde nos habían indicado y de repente ¡Horror! La once de las noche. Hora de cierre de la recepción del hotel.

No nos habíamos dado cuenta de la hora porque durante todo el trayecto encontramos mucha gente por la calle, sobre todo en Bel-Air, la zona donde teníamos que hacer el transbordo. Teníamos la idea de que a las diez de la noche estaría todo el mundo durmiendo y por eso encontrarnos una ciudad tan animada a esas horas nos despistó. Venga, vale. Eso y que somos un poco desastre….

Con la esperanza ahora de que la puntualidad suiza fuera una exageración y de que el recepcionista tardase un poquito en irse, paramos al primer taxista que encontramos y le pedimos que nos llevara hasta el hotel. Pero el taxista nos explicó que estábamos justo a 50 metros y que solo teníamos que doblar la esquina para llegar. Nos echamos a andar temerosos de lo que nos íbamos a encontrar, y entonces sucedió lo que menos nos esperábamos.

La recepción de hotel estaba cerrada y en la puerta, pegado junto al timbre, había un sobre con nuestro nombre

Familia Picos

Lo abrimos pensando que sería una educada invitación a que nos buscásemos otro sitio para dormir. Uno en el que aceptasen españoles informales que no llegan a la hora prevista. Pero no. Lo que nos habían dejado era una amable nota de bienvenida con la clave del portal, nuestro número de habitación y las indicaciones de dónde nos habían dejado la llave.

Y allí estaba todavía. Esperando por nosotros perfectamente pegado a la pared.

Hace un rato ya que estamos instalados en nuestro pequeño estudio y todavía no hemos dejado de bromear sobre lo que ocurriría si cuando volvamos a casa pegamos un sobre en nuestro portal. Un sobre bonito, con un nombre escrito en grandes letras y una llave dentro…

Así que nuestras primeras impresiones de esta ciudad son muy positivas.

Por la amabilidad del personal del aeropuerto.

Porque nos facilitaron la llegada al hotel dándonos billetes para el transporte, un detallazo..

Porque también hay vida en las calles después de las diez.

Porque hay un taxista en Ginebra capaz de decirte que si giras la calle encuentras tu hotel, en vez de darte una vuelta por la ciudad y dejarte, media hora después,a veinte metros de donde lo cogiste.

Porque puedes dejar un sobre pegado a la pared sin miedo a que te arranquen la pared para llevarse el sobre….

Por todo eso Ginebra nos tiene ganados.

Muy mal se tienen que dar las cosas para que mañana cambiemos de opinión.

Y ahora a descansar, que esto no ha hecho más que empezar

.

5 pensamientos en “EXCURSION A GINEBRA – día 1

  1. Ana ¡No sabía que te ibas a Genève de vacaciones! Espero que disfrutéis, es una ciudad preciosa y en estas fechas es mágica,la verdad. En Bel-Air, a Bruno, le divertirán unos caballitos que dan las horas. A tí, seguro que te gustará el barrio de Carouge. La Estacion de Cornavin, le Jardín Botanique, L’Ile Rousseau o le marché aux puces de Plainpalais son para luego recordar. Y si os sobran dos días,cerquita de Ginebra,está Ovronnaz,un lugar en la montaña con unos baños termales magníficos. Espero que disfrutéis. Qué envidia tan sana me dáis. Un abrazo y si necesitas algo,aquí me tienes.

    • muchísimas gracias por tus consejos, pero llegan tarde, en realidad ya volvimos. estuvimos en Ginebra en noviembre, lo que pasa es que todavía no había tenido tiempo de colgar los post y estoy aprovechando que tengo un par de días libres para hacerlo. y por cierto, tienes toda la razón, es una ciudad preciosa. gracias de nuevo.

  2. Hola Ana.
    Me ha encantado tu puesta en escena de tu visita a Ginebra, y la verdad es que me será de mucha utilidad en mi viaje a la capital Suiza a mediados de este mes.
    Yo, como vosotros, tambien me alojaré en el Hotel Residence St. James y llegaré tarde. Ya he avisado al hotel, pero me gustaría (si aun te acuerdas) el itinerario a seguir desde el Aeropuerto al hotel (Bus – Tranvía).
    Eso sí, menuda sorpresa que sea gratis el transporte (que raros son estos suizos, jejeje).

    Muchas gracias y un saludo.
    Alejandro

    • Hola Alejandro, gracias por tu comentario.
      El trayecto desde el aeropuerto al hotel es sencillo (al menos en noviembre lo era). En un lateral del aeropuerto está la parada de bus. Allí tienes que coger el 10 hasta BelAir Cité y en esa parada cruzas la calle y coges el tranvía 12 hasta Rivé. Para llegar desde esta parada al hotel solo tienes que seguir la «rue Pierre-Fatio» y voilá.
      No olvides ir a la oficina de información del aeropuerto con tu tarjeta de embarque. Allí te darán tu ticket para el traslado hasta el hotel. Se agradece mucho, no solo por los francos que te ahorras (que también), si no porque comprarlos es algo complicado.
      En el hotel tambien te darán tickets para usar en el bus, el tranvía y el barco (el de servicio público, no los turísticos). Hay una línea de barco que sale prácticamente del hotel hasta el Quai de Mont Blanc (o viceversa) y que pasa muy cerca del Jet d’eau. Es un trayecto corto, pero muy bonito…

      En fin, espero que disfrutes tu visita a Ginebra tanto como nosotros. Es una ciudad preciosa y llena de sitios con encanto.

      Solo un par de cosas más, abrígate y prepara la cartera (un agua mineral 5 chf, un café 3,80 chf…)

      Un saludo y buen viaje.

  3. Muchas gracias por todo Ana.
    Esperemos que nos haga buen tiempo y, aunque haga frio, disfrutar de la visita.

    Un saludo y de nuevo gracias.

Deja un comentario